miércoles, 9 de diciembre de 2015

Mutoscopio y sus expositoras: 4 visiones poblanas de la vida, el mundo, el arte y el videoarte (Parte 1)


Mutoscopio y sus expositoras: 4 visiones poblanas de la vida, el mundo, el arte y el videoarte (Parte 1)




Entrevistas realizadas durante la proyección de Mutoscopio 2015, Puebla


Paola Ramos


Paola es una persona tranquila a primera vista, pero fácilmente, después de pedirle un encendedor y luego de unas cuantas palabras para la formularia presentación, nos damos cuenta de que, por decirlo así, el fuego le chispea en los ojos.
               
Culturofilia: ¿Quién es Paola Ramos?

Paola: Mmm... Comencemos diciendo que tengo muchas cosas en mi cabeza que no entiendo, pero que reflejo sensiblemente, en mis obras.

C: ¿Podrías llamarlo intuición?

P: ¡Sí! La intuición es algo muy de mí, está en todo lo que hago, pero... También la relaciono con el sentido común. Soy una persona con sentido común, es muy importante para mí.

C: ¿Qué es el "sentido común"?

P: Ja, bueno, es lo que hace completa a una persona, te permite comprender, entender todo de manera real, todo a tu alrededor.

C: Tienes sentido común, tienes intuición.

P: Ja, sí, sí, los tengo.

C: ¿Qué te define hoy?

P: Bueno, soy una artista súper emergente, estoy abierta a todo, mis procesos están en pensar, trabajar, sufrir, disfrutar, gozar, y busco ir más allá de los límites de mi carrera. Soy una cabrona.

C: Jaja, vaya... ¿Y qué onda con tu trayectoria, qué estudiaste, ya te titulaste?

P: Sí, tengo 26 años, soy egresada de Artes Plásticas en UNARTE.

La pieza expuesta: Dame play

Síntesis: Aparece en la mitad izquierda de la pantalla un plano en blanco y negro que muestra solamente unos dedos que interactúan con la interfaz táctil para mover el cursor de una computadora laptop, naturales, moviéndose hacia todos lados como suele ocurrir cuando uno utiliza uno de estos aparatos. Poco después, en la mitad derecha, se nos muestra, también en blanco y negro, el plano de una mujer, al parecer sentada frente a un escritorio, gesticulando placer sexual, lento, agradable, juguetón, como si dicho placer ocurriera al compás de los dedos gruesos y varoniles que en el plano izquierdo se mueven con agilidad. Durante los minutos que siguen, siempre en silencio, van apareciendo y cambiando de lugar entre los dos planos paralelos escenas de mujeres muy diferentes entre sí gozando plenamente, siempre sentadas, siempre como si las miráramos desde una webcam, mientras, del otro lado, van sucediéndose nuevos dedos, moviéndose vertiginosa, casi salvajemente, sobre la interfaz touch de diferentes computadoras, dedos de hombres, de mujeres, con uñas pintadas, fuertes o delicados, jóvenes o de gente mayor, generando una sucesión de erotismo raramente disfuncional, como a distancia, pero evidentemente real. Al final, desaparecen los dedos y, sólo ocupando su mitad de pantalla en blanco y negro, queda una mujer que disfruta un suspiro en suspenso, sin moverse de su lugar, llegando al orgasmo.

C: Háblanos de la pieza, ¿de dónde salió?

P: Empezó con una fascinación: me fascinan las manos, las uñas, los dedos, los gestos y las mujeres.

C: ¿Cuál es la propuesta conceptual?

P: Bueno, tiene que ver con las interfaces y ese hábito creciente de vivir desplazando los dedos sobre superficies digitales. Me llaman la atención los movimientos de nuestras manos, cómo parecen también cumplir con la función de darle placer sexual a una mujer.

C: Pero es paradójico, pues los medios digitales, computadoras, celulares, mantienen alejada a la gente.

P: Claro, en ese tipo de comunicación hay una desconexión, hay frialdad, pero yo me enfoco en lo opuesto, en el dar placer.

C: Hay también una función sexual en la manía social por los aparatos digitales de comunicación, por estar siempre entrando y saliendo, navegando, paseando frenéticamente nuestros dedos sobre ellos.

P: Claro.

C: ¿Y sobre la propuesta formal?

P: Lo más importante es lo táctil, la evocación de eso. También está el fusionar y separar el orgasmo de los dedos tocando la computadora. 

C: ¿Por qué elegiste que no tuviera sonido?

P: Porque el sonido distrae, porque quería que el espectador se concentrara en la idea central, en la sensación.

C: Confías en el espectador para realizar su propio trabajo de evocación.

P: Sí, sin duda.

C: ¿Y el blanco y negro?

P: Siempre he creído que el blanco y negro es más sensual, íntimo, por su simpleza, además de que también evita distracciones: la idea es más concisa y personal. 

C: ¿Cuál es el ritmo de la pieza?

P: Es evidente. Las imágenes van relacionadas, los dedos tocan la interfaz pero también a las mujeres, la cadena crece y la fuerza de las manos está vinculada con la fuerza del orgasmo. 

C: ¿Fue difícil realizar las escenas?

P: No, jaja, a las chicas las saqué del archivo de YouTube.



           ¡Aún puedes alcanzar la proyección del Festival Mutoscopio 2015! Esta vez se mueve a la bella Casa 9, en su Sala 9, hoy y mañana:




 

No hay comentarios:

Publicar un comentario